Cuando hablo con la
mayoría de escritores, consagrados o no, veteranos o principiantes y para
generalizar, con cualquier persona que dedique parte de su tiempo a escribir,
una de sus inquietudes permanentes es el uso de esa rayita que debe colocarse
sobre algunas vocales… y la maldicen con una frecuencia inusitada; de ahí nació
el título de este trabajo. El asunto no tiene nada de misterioso, a los que
tengan cierta facilidad para la música les quedará más fácil saber dónde va el
acento porque, hay que aclarar que una cosa es el ACENTO y otra muy distinta la
TILDE; claro que tienen relación y son indisolubles pero no son lo mismo.
Vamos por partes, y
me excusan el tono de profesor que adopto en estos artículos, son gajes del
oficio que ya no puedo superar:
A- EL
ACENTO: es la mayor intensidad o fuerza con la que se pronuncia una sílaba
dentro de una palabra (sílaba tónica). También se le llama acento
de intensidad. Las sílabas que no llevan acento reciben el nombre
de sílabas átonas. En caracol, que no lleva tilde, notamos
que en la última sílaba hacemos más fuerza, esa es la sílaba tónica y las otras
dos las átonas (sin tono).
En algunos textos
encontramos acento prosódico y acento diacrítico pero, para no confundirlos, el
asunto es que el diacrítico es la “maldita raya” llamada tilde. En perro hay
acento prosódico en la primera sílaba: perro, en café hay
acento diacrítico (tilde).
Para no alargar el
asunto todas las palabras tienen acento en alguna sílaba pero no a todas debe
marcárseles la tilde y aquí es donde empieza la confusión.
B- LA
TILDE: es la rayita que se marca sobre una vocal, siempre sobre una vocal
pero no se puede poner a discreción, donde a uno le venga en gana; hay ciertas
normas, que deben tenerse en cuenta, en esto del uso correcto de la tilde,
primero que todo las palabras según el acento tienen una clasificación, en
algunos textos aparecen unos términos como para asustar a cualquiera pero yo
dejo los más usuales, como hay curiosos, entre paréntesis doy el término
tenebroso):
1. Agudas
(oxítonas) llevan el acento –la fuerza- en la última sílaba, cuando esta es
tónica: mamá, papel, reloj, león, pasión, pared,
Miguel, mujer, hogar, etc. ¿Porqué a unas se les marca la tilde y a otras no?
Dice la regla que se les marca a todas las que lleven el acento en la última
sílaba y terminen en vocal, ene o ese: camión, Inés, bebé, maní, rubí, corazón.
No se les marca a panel, clavel, miel, corcel, escritor y otras miles.
2. Graves o
llanas (paroxítonas). El acento está en la penúltima sílaba, quiero decirles
que la mayoría de palabras de nuestro idioma pertenecen a esta clasificación
pero de igual manera la mayoría no llevan la tilde: perro, gato, casa, carro,
iglesia, comida, libro, biblioteca, enciclopedia… Y se les marca a las que
terminan en consonante que no sea ene o ese: apóstol, cárcel, césped, cáncer,
González, Cortázar, Méndez (muchos apellidos de origen español).
3. Esdrújulas
(Proparoxítonas) estas son las de menos complicación; a todas se les marca la
tilde, a todas las que lleven el acento en la antepenúltima sílaba, miren bien
que es fácil (fácil es grave con tilde): cáscara, estómago, raquítico,
matemáticas, química (si se fijan bien la mayoría de ciencias son esdrújulas),
también las partes del cuerpo humano: estómago, páncreas, hígado, encéfalo: los
nombres derivados del griego: Sófocles, Aristóteles, Eurípides.
4. Sobresdrújulas
(súper proparoxítonas) A todas se les marca la tilde. Llevan el acento en la
tras antepenúltima sílaba Son las más escasas, en realidad pertenecen
a una de las formas verbales, el modo imperativo: póngaselo,
adminístreselo, suminístreselo, quíteselo. Todos los verbos se pueden poner en
modo imperativo y allí tienen una mina de palabras sobresdrújulas… para cuando
se les ofrezcan.
Edgar Tarazona Angel |
martes, 7 de octubre de 2014
LAS MALDITAS TILDES (I)
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