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martes, 7 de octubre de 2014

LAS MALDITAS TILDES (I)


Las malditas tildes (I)

Cuando hablo con la mayoría de escritores, consagrados o no, veteranos o principiantes y para generalizar, con cualquier persona que dedique parte de su tiempo a escribir, una de sus inquietudes permanentes es el uso de esa rayita que debe colocarse sobre algunas vocales… y la maldicen con una frecuencia inusitada; de ahí nació el título de este trabajo. El asunto no tiene nada de misterioso, a los que tengan cierta facilidad para la música les quedará más fácil saber dónde va el acento porque, hay que aclarar que una cosa es el ACENTO y otra muy distinta la TILDE; claro que tienen relación y son indisolubles pero no son lo mismo.
Vamos por partes, y me excusan el tono de profesor que adopto en estos artículos, son gajes del oficio que ya no puedo superar:
A-    EL ACENTO: es la mayor intensidad o fuerza con la que se pronuncia una sílaba dentro de una palabra (sílaba tónica). También se le llama acento de intensidad. Las sílabas que no llevan acento reciben el nombre de sílabas átonas. En caracol, que no lleva tilde, notamos que en la última sílaba hacemos más fuerza, esa es la sílaba tónica y las otras dos las átonas (sin tono).
En algunos textos encontramos acento prosódico y acento diacrítico pero, para no confundirlos, el asunto es que el diacrítico es la “maldita raya” llamada tilde. En perro hay acento prosódico en la primera sílaba: perro, en ca hay acento diacrítico (tilde).
Para no alargar el asunto todas las palabras tienen acento en alguna sílaba pero no a todas debe marcárseles la tilde y aquí es donde empieza la confusión.
B-    LA TILDE: es la rayita que se marca sobre una vocal, siempre sobre una vocal pero no se puede poner a discreción, donde a uno le venga en gana; hay ciertas normas, que deben tenerse en cuenta, en esto del uso correcto de la tilde, primero que todo las palabras según el acento tienen una clasificación, en algunos textos aparecen unos términos como para asustar a cualquiera pero yo dejo los más usuales, como hay curiosos, entre paréntesis doy el término tenebroso):
1.      Agudas (oxítonas) llevan el acento –la fuerza- en la última sílaba, cuando esta es tónica: ma, papel, reloj, león, pasión, pared, Miguel, mujer, hogar, etc. ¿Porqué a unas se les marca la tilde y a otras no? Dice la regla que se les marca a todas las que lleven el acento en la última sílaba y terminen en vocal, ene o ese: camión, Inés, bebé, maní, rubí, corazón. No se les marca a panel, clavel, miel, corcel, escritor y otras miles.
2.      Graves o llanas (paroxítonas). El acento está en la penúltima sílaba, quiero decirles que la mayoría de palabras de nuestro idioma pertenecen a esta clasificación pero de igual manera la mayoría no llevan la tilde: perro, gato, casa, carro, iglesia, comida, libro, biblioteca, enciclopedia… Y se les marca a las que terminan en consonante que no sea ene o ese: apóstol, cárcel, césped, cáncer, González, Cortázar, Méndez (muchos apellidos de origen español).
3.      Esdrújulas (Proparoxítonas) estas son las de menos complicación; a todas se les marca la tilde, a todas las que lleven el acento en la antepenúltima sílaba, miren bien que es fácil (fácil es grave con tilde): cáscara, estómago, raquítico, matemáticas, química (si se fijan bien la mayoría de ciencias son esdrújulas), también las partes del cuerpo humano: estómago, páncreas, hígado, encéfalo: los nombres derivados del griego: Sófocles, Aristóteles, Eurípides.
4.      Sobresdrújulas (súper proparoxítonas) A todas se les marca la tilde. Llevan el acento en la tras antepenúltima sílaba Son las más escasas, en realidad pertenecen a una de las formas verbales, el modo imperativo: póngaselo, adminístreselo, suminístreselo, quíteselo. Todos los verbos se pueden poner en modo imperativo y allí tienen una mina de palabras sobresdrújulas… para cuando se les ofrezcan.
Edgar Tarazona Angel

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